Hay decisiones que te cambian la vida para siempre. Viajar por el mundo es una de ellas. No es solo una lista de países tachados en un mapa, ni una colección de fotos en Instagram. Es una forma de vivir, de aprender, de transformarte. Es un viaje hacia fuera y, sobre todo, hacia dentro.
Y si estás aquí, es porque ese deseo ya está encendido dentro de ti.
Te lo digo por experiencia. En el 2019, tomé una de las decisiones más emocionantes y transformadoras de mi vida: dar la vuelta al mundo. Viajé durante 10 meses con mi esposo, conocimos todos los continentes (sí, contamos Hawaii como Oceanía 😅), y vivimos momentos absolutamente inolvidables… pero también cometimos errores, improvisamos más de la cuenta, y aprendimos —a veces a la fuerza— qué cosas se deben hacer sí o sí y cuáles definitivamente no te recomiendo repetir.
Y justo eso es lo que quiero compartir contigo: una guía real, útil, sin idealizaciones. Quiero darte los mejores consejos, los más prácticos y honestos, porque ya pasé por ahí y sé perfectamente qué funciona y qué no.
¿Por qué viajar por el mundo al menos una vez en la vida?
Porque te lo mereces. Así de simple. Vivimos atrapados en rutinas, responsabilidades y miedos que muchas veces no nos dejan ver más allá de la próxima semana. Viajar por el mundo te rompe todos esos esquemas y te recuerda que hay una forma diferente de vivir.
Pasea por los zocos de Emiratos Árabes, conectar con la naturaleza en Botswana, escuchar risas en México o comer pasta en Italia… eso no tiene precio. Pero lo más impactante es darte cuenta de que el mundo no es tan grande como pensabas cuando lo mirabas desde tu rutina.
Personalmente, esta experiencia me reafirmó que los miedos se vencen en movimiento. Que no necesitas tener todo resuelto para lanzarte. Que viajar por el mundo no es un lujo de millonarios, sino una decisión de valientes.
Cómo es realmente dar la vuelta al mundo: lo que nadie te cuenta
No es todo glamour ni paisajes perfectos. Dar la vuelta al mundo también tiene sus desventajas, y es importante hablar de ellas. La fatiga, los imprevistos, los choques culturales, los momentos de soledad… y sobre todo, el caos de tener que organizar todo mientras estás en el camino.
Eso me pasó. Yo fui organizando el viaje mientras lo hacía. Y aunque en muchos casos funcionó bien, también hubo momentos de estrés que, sinceramente, preferiría haber evitado.
Por eso ahora propongo una nueva forma de vivir esta experiencia: no hacerlo en solitario total, pero tampoco seguir un tour armado. Una mezcla. Una vuelta al mundo compartida, donde tú haces el viaje, pero yo me encargo de la organización.
¿Es posible organizar una vuelta al mundo sin morir en el intento?
¡Sí! Pero necesitas claridad. Organizar una vuelta al mundo implica muchas decisiones:
- ¿Por dónde empiezo?
- ¿Qué lugares conocer?
- ¿Cómo armo una ruta lógica?
- ¿Cuánto dinero necesito realmente?
- ¿Qué visados me van a pedir?
- ¿Qué otros documentos puedo necesitar?
- ¿Y si me enfermo? ¿Qué seguro contrato?
Créeme, yo pasé por todas esas preguntas. Por eso, quiero ayudarte a planear tu viaje por el mundo. Lo que te propongo es contactarte con otros viajeros y organizar la vuelta al mundo.
Haremos una ruta inteligente, con vuelos estratégicos, alojamiento bien ubicado y propuestas reales de qué ver y cómo moverse. Tú solo te encargas de vivirlo.
Si te interesa, deja tus datos aquí.
Viajar por el mundo en grupo: la mejor forma de recorrer los 5 continentes
Una de las cosas que más disfruté fue compartir. Y eso me llevó a esta idea: organizar vueltas al mundo en grupo, donde cada uno viaja por su cuenta o con quien desee, pero compartimos la organización y el propósito.
¿La ventaja? Ahorras dinero. Al reservar como grupo, se obtienen mejores precios en alojamiento, transportes y actividades. Pero también compartes la experiencia, los aprendizajes y la motivación.
La idea es conocer los cinco continentes en un año, alternando entre destinos que se recorren en pocos días y otros donde te quedas a vivir por unas semanas para conocerlos de verdad. No se trata solo de coleccionar sellos en el pasaporte, sino de realmente conectar con los lugares.
Y si estás pensando que esto es tipo tour… no, no lo es. Tú viajas por tu cuenta. Yo no voy contigo. Pero yo diseño todo para que sea fluido, flexible y sin estrés.
Deja tus datos aquí si quieres saber más.
¿Cuánto cuesta viajar por el mundo? Presupuesto y realidades
Aquí viene la gran pregunta del millón.
¿Es caro?
A ver, a simple vista la respuesta podría ser «sí, obviamente es caro… vas a viajar por el mundo».
Pero, vamos a analizarlo un poco.
En primer lugar, siempre hay formas de reducir el presupuesto. Por ejemplo, puedes priorizar:
- Volar con aerolíneas low cost o multi-destino.
- Usar alojamientos bien valorados pero económicos.
- Mezclar países caros con otros más asequibles.
- Combinar transportes públicos, trenes, buses y vuelos internos.
Basándome en lo que yo gasté, te puedo decir que, para viajar por el mundo durante un año (vuelos, alojamiento, comida, actividades… TODO), necesitas unos 22 000 USD por persona, siempre y cuando compartas gastos con, al menos, una persona más.
Obviamente esto es un promedio: el monto puede aumentar o disminuir dependiendo del estilo de vida, los destinos elegidos, la ruta armada y ritmo del viaje.
Y créeme que los costos se pueden reducir si viajas con un grupo.
Entonces, regresando a la pregunta: ¿es caro?
No lo sé. No sé cuánto gastas tú en un mes viviendo donde vives. Teniendo en cuenta que 22000$ entre 12 meses es 1833$, si gastas más de 1800$ al mes, viajar por el mundo no es caro.
Destinos para vivir vs. destinos para turistear: cómo equilibrarlos
Otra de las claves es entender que no todos los destinos se viven igual. Hay lugares donde quieres estar 2 días y otros donde necesitas quedarte semanas.
Mi propuesta se basa en eso: un equilibrio entre destinos “flash” (donde ves lo turístico, haces fotos y sigues) y otros donde te quedas, alquilas algo, haces mercado, te relacionas, conoces el barrio… y vives.
Idealmente, los destinos más caros deberían ser esos destinos flash.
Este balance te da espacio para descansar, no saturarte y vivir una experiencia más completa y sostenible. Además, te permite conectarte más con la cultura, la gente y hasta contigo mismo.
El método de los 3 meses para planificar cada etapa del viaje
Planificar una vuelta al mundo puede sonar como un reto abrumador. La idea de organizar todo un año completo de antemano no tiene mucho sentido, ya que en el camino pueden surgir imprevistos y cambios de planes. Lo que realmente necesitas es una estructura flexible que te permita adaptarte según tus deseos y circunstancias.
Estos son los pasos que te recomiendo seguir:
- Boceto inicial del año: traza una visión general del año, definiendo los continentes y países principales que visitarás. Aquí es donde decides más o menos en qué meses estarás en cada región del mundo.
- Planificación mensual: Cada mes, organizas el siguiente tramo de tu viaje de los próximos 3 meses. Por ejemplo, a principios de abril, planificas tu aventura para julio, a principios de mayo, tu viaje para agosto, y así sucesivamente. De esta manera, puedes hacer ajustes según lo que te surja en el camino.
¿Por qué 3 meses?: Tres meses de anticipación es una buena cantidad de tiempo para reservar vuelos, alojamientos y actividades muy turísticas.
Aunque este método te ayudará a organizarte, no te va a salvar del estrés. Sé realista: organizar un viaje lleva tiempo. Cuando viajas por el mundo, estás gestionando múltiples viajes sucesivos, y definir el itinerario, buscar vuelos baratos, encontrar alojamiento adecuado y hacer las reservas toma tiempo. Mucho tiempo.
Si prefieres ahorrarte todo eso y evitar el estrés de la planificación, puedes dejar todo en mis manos.
>> Haz clic aquí para saber más <<
¿Y si viajas en grupo? Beneficios de compartir la experiencia
Una vuelta al mundo compartida, tiene muchos beneficios:
- Conectas con personas con el mismo sueño.
- Recibes ayuda y guía en cada paso.
- Te inspiras con las historias de otros.
- Tienes apoyo cuando surgen dudas o miedos.
- No estás solo en el caos de las decisiones.
Además, ¡la emoción se multiplica! Compartir fotos, anécdotas y rutas con otros que están en la misma experiencia le da otro nivel a tu viaje.
Y no, no necesitas tener pareja ni amigos que quieran lo mismo (aunque, si los tienes, ¡mejor!). Yo me encargo de contactarte con otros viajeros.